El Templo del Mal Elemental

Este es el blog oficial de la partida de HackMaster de las Sirenas, auspiciados por la asociación de rol El Dirigible, en Sevilla. Dirigida por Carlos Burón, en esta dura campaña de Gary Gigax los jugadores, conocidos como Los Errantes, sudan sangre y fichas de personaje enfrentándose a las fuerzas del Templo del Mal Elemental. Aquí podrás encontrar resúmenes, informaciónes varias, y (espero) material que aporten los jugadores. ¡A leer!

domingo, 5 de abril de 2009

Los Últimos Secretos de La Casa del Foso

Resúmen 04/04/2009

Los Errantes habían vuelto de la casa del foso con el botín conseguido de sus almacenes, y lo entregaron a Burne. Hicieron los cálculos, y les correspondía una cantidad importante de dinero, sin embargo prefirieron dárselo para reducir un poco la deuda que estaban acumulando. Ya habían apalabrado de antes con el Brujo de lanzar el conjuro necesario para despolimorfizar a Zoa, así que le pagaron cuatro mil piezas de oro y les dijo que para el día siguiente estaría listo el conjuro. Volvieron de mañana y se prepararon para el ritual; dejaron al bicho en el suelo debajo de una manta para que no apareciese desnuda en medio de la habitación, y Burne pronunció unas palabras; el anfibio comenzó a transformarse dolorosamente, pero al final volvió a su forma humana original sin ningún percance físico. Bastante aliviados, los aventureros salieron de allí para volver a la casa del foso y terminar de explorarla a conciencia. Duncan también aprovechó para dejarse bigote.

Una vez de vuelta en la fortificación, dejaron la carreta en la puerta y se adentraron una vez más en la guarida del mal. Antes de bajar al subterráneo, Daralhar propuso echar un vistazo a una pared de la casa que les parecía un poco extraña, como si pudiese haber una habitación detrás. Cogieron una viga de las que había dentro de la casa y entre Duncan y Zoa embistieron al muro... pero sólo consiguieron provocar un derrumbe, haciendo que una de las piedras le cayera de lleno en la cabeza a Darien. Tras mirar las escaleras de detras y comprobar varias veces el plano, cayeron en la cuenta de que detrás lo único que podía haber era el soporte macizo de las escaleras de piedra que llevaban al (cegado) piso de arriba.
El grupo se decidió por fin a entrar en el subterráneo. Mirando el mapa, parece que faltaban algunos pasillos por investigar. Por ejemplo, se acercaron a uno que salía de la cámara donde libraron batalla con los humanoides monstruosos y los muertos vivientes, y desucbrieron que daba a la esquina de la diagonal menor de una especie de guarida romboidal o cuadrada donde habitaban aquellos, con lechos de paja y tela sucia pero sin nada de valor. Tampoco parecía que hubiese ninguna salida más de allí. Continuando por la mazmorra, sin la ayuda del forzudo de Llagular dejaron a Zoa que tratase de levantar la pesada verja por la que continuaba la mazmorra, y sin muchas esperanzas lo intentó... para su sorpresa, realizó la proeza sin problemas. Siguieron avanzando, y tras consultar varias veces sus planos, Daralhar se dió cuenta de que había un desajuste importante, debido a algunas suposiciones a base de algunos tramos que no se cartografiaron y otros que cartografiaron varias personas diferentes. Ya solucionado, vieron que les quedaban dos lugares por explorar; el pasillo en el que Awaie había escuchado agua en una ocasión, y la gruta natural llena de nichos por la que Merya y compañía habían entrado a socorrer a sus compañeros cuando se quedaron atrapados en el subterráneo.
Primero se aproximaron al pasillo, del que surgia un ruido de chapoteo, como el que haría una persona nadando en un lago, que no el de pisar un charco ni el de un arroyo fluyendo. Una suave bajada de escaleras llevaba a una caverna natural, con un estanque en su centro rodeado de cadaveres, la mayoría destrozados y parcialmente devorados. Los cadáveres portaban la insignia del ojo llameante, evidentemente esbirros de Lareth y/o del Templo. Un poco de luz natural se filtraba de la bóveda, pero no era capaz de traspasar el putrefacto y limoso estanque. El grupo se quedó en el umbral de la gruta, pero Zoa se adentró a examinar huellas. Vió que había lo que parecían las huellas de alguna especie de insecto enorme, pero no pudo precisar cual. Cuando se aproximaba al borde, surgió rugiendo del agua un enorme CANGREJO DE RÍO hambriento y furioso, aunque el grupo reaccionó a tiempo. Darien lanzó una bola de hielo mágica en la espalda del monstruo, y congeló parte del estanque, entorpeciéndolo. Daralhar trató de dormir mágicamente a la criatura, pero no surtió efecto. Zoa empezó a pegar hachazos a diestro y sieniestro, propinando un potente corte que cercenó y mandó por los aires una de las gigantescas pinzas. Sin embargo, la otra la apreso, y empezó a destrozarle el abdomen. Duncan le pegó un mazazo al son de "langosta mala" y Eber intentó futilmente darle con la cimitarra, pero el caparazón era demasiado duro. El CANGREJO DE RÍO, viéndose superado, se sumergió de nuevo en las profundidades del estanque... los Errantes, empero, permanecieron un rato alerta, sin moverse, a la espera de que emergiese de nuevo. Duncan, con algún propósito, quizás el de picar al bicho, echó a correr entre los esqueletos de los caidos cerca del borde, con la mala suerte de que le propinó una patada a una calavera que contenía un estuche cilíndrico de hueso o marfil, enviándolo al estanque. Los aventureros se pusieron histéricos a ver como sacaban eso de ahí, mientras se hundía... justo antes de que se perdiese por completo, Darien lanzó una bola de hielo, creando un témpano en la superficie que atrapó en su interior el estuche. Duncan se acercó al borde del estanque, se estiró y con la maza atrajo el trozo helado hasta la orilla.
Estuvieron un rato deliberando si meterle fuego o picarlo o que, y al final decidieron hacer lo siguiente; como tenía forma circular, lo pusieron de canto, le echaron un conjuro de zona de silencio, y se lo llevaron rodando por la mazmorra hasta los aposentos de Lareth. Una vez allí, Duncan se salió del area de silencio para coger tapices y hacer una fogata (para derretir el hielo), pero escuchó unos pasos provenientes del pasillo del que venían. Bastantes asustados, mandaron a Duncan y a Zoa a mirar, pero enseguida volvieron porque se dieron cuenta de que no veían nada en la oscuridad. Daralhar el elfo, con su infravisión, se acercó, pero no vió ninguna fuente de calor ni ningún bulto extraño. Por si acaso, cerraron la puerta. Eber registró los cadáveres de los cultistas, y descubrió que sus compañeros habian hecho un desvalijo bastante chapucero el otro día, pues se habían dejado todas las joyas y dinero que llevaban encima, que no eran pocas. Duncan y Zoa descubrieron unos apaños para guardar caballos y guarnecer a los soldados en una habitación cercana, y luego con todo el mundo (menos Darien, que estaba picando hielo), se pusieron a hacer inventario de la habitación de Lareth al completo; sillas, sofases, un divan (cuyo precioso y caro tapizado fue rajado y destrozado por Duncan para ver si tenía algo oculto), tapices, cuadros, unguentos, un inciensario, un brasero... etc.

Antes de irse, fueron a explorar la gruta de los nichos. Un tunel de roca y tierra natural surgía de la cripta, y conforme avanzaban se escuchaba la pesada respiracion y los roncos rugidos de varias criaturas. Con mucha cautela, mandaron a Daralhar sin armadura a que se asomase; este vió una caverna con una enorme mole reptiliana en el centro con tres cabezas, y salió de allí lo más rápido que pudo. Concordaron en que debía ser una monstruosa hidra de tres cabezas, un poderoso monstruo mitológico para el que decidieron que no estaban preparados, frente las quejas de algunos miembros del grupo más valientes, como Eber.

Cuando estaban llevando los primeros tapices a la carreta, se vinieron abajo los tablones de la entrada del fuerte que salvaban el foso. Tuvieron que ir a Hommlet, y al día siguiente contratar al carpintero Pinch, para que les hiciese una pasarela. Se lo llevaron al lugar, y muy asustado se puso a trabajar, terminando al mediodía. Duncan dijo que esperase allí que ahora salían del subterráneo, y le puso una Wyverna Guardiana para protegerle. Sin embargo, le tiró la Wyverna Guardiana encima prácticamente, y esta atacó al artesano. Por suerte, el único efecto era una parálisis temporal. Los Errantes se llevaron el resto del día sacando muebles y decoración de las estancias de Lareth, y cuando el carpintero lo hubo cargado todo (porque ellos no podían atravesar la Wyverna Guardiana) por una pieza de oro, se volvieron. El estuche de hueso, que al fin sacaron del hielo, resultó contener pergaminos arcanos con poderosos conjuros escritos, Empujón, Nube Hedionda y Volar. Burne, con la ayuda de la elfa Nira, les ayudó a tasarlo todo (menos los cuadros, que llamaron a Calmert que resultó no tener ni pajolera idea tampoco y al final los tasaron al peso) y se les entregó su parte, unas nueve mil piezas de oro. Burne también acordó en buscar algún tratado sobre hidras, por si los Errantes se atrevían cuando hubiese mas miembros disponibles a enfrentarse a la criatura.

Ya saqueada y registrada la mayor parte de la casa del foso, y sus moradores derrotados, Burne les dijo al grupo que su próximo objetivo estaba en el auténtico Templo del Mal Elemental, situado en las cercanías del repugnante asentamiento pirata de Nulb. Los Errantes, armados de valor, recabaron algo de información y comenzaron a planificar sus próximas aventuras en la zona...

FIN DEL MÓDULO T1
- LA VILLA DE HOMMLET -


comienza
T2 ...
- NULB Y LAS RUINAS -

2 comentarios:

Lim-Dul dijo...

Vale, ya nos ha quedado claro que es un CANGREJO DE RÍO xD Por cierto, acerté la tirada de "Saber Arcano", lo digo por si el langostino tiene alguna parte útil.

A lo de la hidra no mandaron a Daralhar, sino que éste se prestó voluntario, y sin armadura para hacer menos ruido. Ayer debía ser mi día temrario ¬_¬

Hago notar al grupo que nos ha quedado algo por registrar: el osario lleno de nichos, previo a la hidra. Donde hay tumbas, habitualmente hay tesoro.

Carlos: ¿el pavo que aparece en el dibujo con el bastón y la maza es Lareth? Por que ahí sí que lleva yelmo xDDD

Un final bastante tranqui para unas aventuras tan moviditas. De vez en cuando se agradece ;)

Carlos dijo...

Si, el tio del dibujo es Lareth, pero está mal dibujao, porque en el módulo deja bastante claro que no lleva yelmo y que tampoco lleva el símbolo del ojo llameante sino el de Lolth. Igual es por ser de la versión antigua del módulo y no la actualizada que engancha con T2-T4.
Lo del langostino ponlo en el hilo del mamoneo y lo busco luego.