El Templo del Mal Elemental

Este es el blog oficial de la partida de HackMaster de las Sirenas, auspiciados por la asociación de rol El Dirigible, en Sevilla. Dirigida por Carlos Burón, en esta dura campaña de Gary Gigax los jugadores, conocidos como Los Errantes, sudan sangre y fichas de personaje enfrentándose a las fuerzas del Templo del Mal Elemental. Aquí podrás encontrar resúmenes, informaciónes varias, y (espero) material que aporten los jugadores. ¡A leer!

domingo, 17 de mayo de 2009

Internándose en las Catacumbas del Templo

Resúmen 16/05/2009

ADVERTENCIA: ESTE RESUMEN ESTA HECHO 6 MESES MAS TARDE Y NO ME ACUERDO DE NA. SI OS SUENA QUE FALTA ALGO, AÑADIDLO COMO COMENTARIO ABAJO

Por primera vez, los Errantes, los que no estaban demasiado cansados o asustados, en este caso Daralhar, Duncan, Almeth y Awaie, se adentraron en las inquietantes entrañas del TEMPLO DEL MAL ELEMENTAL.
Descendieron los horadados escalones de fria piedra gris y se internaron en los oscuros pasadizos de piedra, donde frecuentes corrientes de aire creaban una atmósfera extraña, silbando entre los elevados arcos góticos y los amplios pasillos. En la oscuridad más absoluta, valiéndose de antorchas y la Luz de St.Cuthberth, el grupo empezó a explorar el complejo laberíntico. Encontraron antiguas armerías, con todo el material completamente destrozado y abandonado. Examinaron las armas, pero aparte de un virote de especial calidad y en buen estado, el resto estaba inservible.

Mientras atravesaban un largo pasillo, unos sonidos inquietantes llegaron a sus oidos, y un olor familiar, fétido y repugnante, el olor de la muerte, precedió a unos horribles necrófagos que salieron al asalto de los Errantes. Sólo eran dos, y tras intercambiar algunos golpes, Duncan los expulsó con el poder de St.Cuthbert. Cerca de allí, descubrieron una puerta enorme, de doble hoja, idéntica a la de la entrada, con plateadas runas inscritas en el bronce, que irradiaba un aura repelente potentísima. Poco pudieron hacer allí, así que decidieron volver y explorar otra zona.
Llegaron por otro pasadizo a un par de puertas, una fuertemente cerrada con varios candados, y la otra aparentemente solo encajada. El mismo olor fétido de antes inundaba el ambiente, indicando que por allí rondaban más muertos caníbales. BLAM, la puerta sin cerrojos se abrió de golpe, y detrás vieron como varios necrofagos se lanzaban hambrientos al ataque, con los ojos inyectados en sangre. Los Errantes adquirieron posiciones defensivas, pero las abominaciones empezaron a abrirse paso. Sus afiladas garras y colmillos contagiaban de alguna especie de maldita enfermedad, paralizando a sus victimas. Awaie se mantenía a distancia volando, y Daralhar estaba en segunda linea de combate, pero Duncan, que intentaba por todos los medios expulsar a los monstruos, y Almeth, acabaron sucumbiendo y quedaron totalmente paralizados, a merced de los muertos vivientes.
Éstos se encaramaron sobre ellos, buscando sus gargantas...

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