El Templo del Mal Elemental

Este es el blog oficial de la partida de HackMaster de las Sirenas, auspiciados por la asociación de rol El Dirigible, en Sevilla. Dirigida por Carlos Burón, en esta dura campaña de Gary Gigax los jugadores, conocidos como Los Errantes, sudan sangre y fichas de personaje enfrentándose a las fuerzas del Templo del Mal Elemental. Aquí podrás encontrar resúmenes, informaciónes varias, y (espero) material que aporten los jugadores. ¡A leer!

martes, 21 de octubre de 2008

La Salchicha, la Rata, y la Grulla

Resúmen 19/10/2008

La mayoría de ratas resbalaban en la grasa pugnando por salir, mientras dos de ellas, las más veloces, llegaron a los guerreros antes de ser afectadas por el conjuro, y empezaron a morder furiosamente. Lilia, desde su posición elevada, intento distraer a las ratas tirando una salchicha de marinero, pero sólo una de ellas se sintió atraída por el embutido... trató de acercarse, pero seguía desbarrando en la grasa mágica.

Aelud se metió los dedos en sus grotescas orejas, sacó un pegote hediondo de cera y formó una bola con las manos; pronunció unas palabras arcanas, trazó unos símbolos en el aire, y de la retaguardia de las ratas empezó a surgir el sonido (ilusorio) de tres tigres rugiendo. Por desgracia, sólo una de las ratas se asustó lo suficiente, y, tras resbalar un poco en la grasa, echó a correr tratando de rodear a los humanos, aprovechando Aelud para pegarle un bastonazo y largarla.

De mientras, una feroz rata le mordía la pierna a Dother, llenándole la herida con espumarrajos repugnantes.. ante esto, Alban perdió el valor y fué a refugiarse con Petia en la cocina. Gloin acabó de un solo golpe con tres bestias, y cargó al combate, intentando lanzarse de cabeza al centro de la horda de ratas, pero nada mas llegar al borde de la grasa resbaló y no podía mantenerse en pie lo suficiente como para avanzar. Liliah trató de atacar a las ratas también, pero calculó mal sus pasos y acabo cayendo de culo en el área engrasada por Daralhar; trató de levantarse varias veces, pero se volvía a caer.

Un par de ratas más lograron salir de la zona resbaladiza, y comenzaron a atacar a los aventureros. Erick se acercó para matarlas, pero le huían y tenía que perseguirlas, retrasando su ataque, y las que lograba alcanzar las mataba Dother... cuando al fin logró encararse con una, esta se distrajo con la salchicha que andaba por allí cerca, y se fue a por ella. Se puso panza arriba a jugar con la salchicha, y Erick se acercó dispuesto a enfrentarse a la rata; adoptó la ancestral postura de combate de La Grulla, una táctica en la que el guerrero espera valientemente el ataque de su adversario para responder con un demoledor contraataque. La rata siguió jugando con la salchicha.

Entre tanto, Daralhar iba dando buena cuenta a distancia con su arco corto de las ratas que aún se revolcaban, mientras Aelud iba haciendo un montón con las que habían quedado moribundas. La grasa se disipó por fin (junto con el engaño audible) y Gloin aprovechó para cargar contra el grueso de ratas que habían quedado retrasadas. Daralhar volvió a lanzar otra grasa, y Gloin dio con las barbas en el suelo, junto con las alimañas de su alrededor. Lilia quiso saltar encima de una rata evitando la nueva grasa, pero se quedó corta y aterrizó en el área del conjuro, cayéndose de espaldas. Aelud comenzó a rematar a las ratas muertas, pero le resultó un acto demasiado despiadado machacar a los animales indefensos; sin embargo, al momento recapacitó, justificandose en acabar rápidamente con el sufrimiento de las bestias.

Al fin, la rata salchichera se espabiló, se tragó la salchicha de un mordisco y aún le quedo impulso para morder a Erick, que por fin, agarrotado ya, pudo contraatacar con La Grulla. La rata murió espachurrada por el lucero del alba del Veterano, y las demás cayeron rápido bajo la espada de Gloin y los demás.

Terminada ya la larga refriega contra los rabiosos animales, los Errantes se pararon a examinar sus heridas y a recuperar el aliento, notando que Dother tosía y su herida de la pierna, donde le había roido una rata, tenía un aspecto horrible. Conomen se acercó a examinarle increpada por los demás, pero el mercenario repudió sus cuidados. Mientras, Liliah le apreto la herida a Gloin a ver si salía algo, y efectivamente, salió sangre.

El resto de los Errantes se volvió a Hommlet, y Dother insistió en que tenía que volver con Rannos para saber que estaban bien y prolongar el contrato. Los aventureros no querían dejarlos marchar, pero al final tuvieron que acceder y los mercenarios se fueron a Hommlet, diciendo que si todo iba bien volverían en un rato.

En ese momento volvió a aparecer Awaie, el hada aprendiz, y el grupo decidió enviarlo a el y a Lilia a investigar la alacena de dónde habían salido las ratas. En absoluto silencio, se infiltraron, viendo que en los estantes no había mas que jarras rotas y escombros, pero que la estancia hacía esquina con unas escaleras de piedra que descendían en la oscuridad. Como veían que todo parecía seguro, decidieron llamar a los demás, y estos empezaron a buscar a ver si encontraban algo. Aelud se dió cuenta, efectivamente, de que en un estante superior había un jarro en buen estado, lleno de aceite inflamable, con el que el grupo fabricó unas cuantas antorchas bastante chapuceras. Awaie lanzó una de estas escaleras abajo, a ver hasta dónde llegaban, y vio que unos ochenta pies más abajo se acababan los peldaños, dando paso a través de un arco de piedra de unos diez pies de ancho a una estancia de la que solo se veía un poco de suelo. El grupo decidió que antes de bajar sería buena idea explorar el resto de la casa.

En el pasillo del ala opuesta, de forma simétrica al anterior, había varias puertas, y al fondo se discernia una estancia llena de escombros; parece que una de las esquinas del fuerte se había derrumbado hacia adentro. Mientras la mayoría exploraba el pasillo, Aelud se metió el sólo en dicha camara, y rápidamente se dió la vuelta al ver algo grueso deslizandose entre los cascotes del derrumbe. En cuanto alcanzo el pasillo, mientras alertaba a los demás, estos vieron como una enorme serpiente se alzaba tras el albino, pero antes de que pudiera arrancarle la cabeza Daralhar lanzó su última grasa bajo el cuerpo del monstruo, haciendo que resbalase y permitiendo a Aelud poner mucha distancia de por medio.

Gloin se lanzó a la carga contra el monstruo, pero con sus piernas tan cortas no llegó hasta bastante después que sus compañeros; Erick resbaló en el borde de la grasa, y Lilia cargó contra la serpiente pero no pudo atravesar sus duras escamas. Aelud le picó un ojo a distancia, y se fué corriendo a buscar el jarro de aceite que habían utilizado antes...
La serpiente trató de morder a Lilia, sin éxito, y tras unos cuantos flechazos Awaie se lanzó a claverle su espada al monstruo en la cabeza. Daralhar disparó con su arco corto causando un daño masivo en la serpiente, que empezó a soltar sangre a chorros y dió con los colmillos en el suelo, pero todavía viva. En ese momento apareció Aelud con el jarro de aceite, grito que se apartasen todos y volcó la sustancia sobre la serpiente... alcanzando también a Awaie, que no se había apartado, pero echó a volar empapada lo más lejos que pudo. El Prestidigitador lanzó una antorcha a la bestia y esta empezó a arder, pero aún viva y más enfurecida, volvió a la carga. Lilia busco la cola del monstruo, mientras Erick y Gloin le hacían frente. Erick recibió un brutal mordisco en el tronco, inyectándole el ofidio una cantidad enorme de veneno, además de quemarlo con las llamas que desprendía su cuerpo. El fuego acabó rápidamente con las fuerzas que le quedaban a la serpiente, pero fué Lilia la que le asestó el golpe mortal clavándole su espada en la cola.

La herida de Erick tenía muy mal aspecto, y rebosaba de veneno... el Veterano empezó a debilitarse por momentos, pero aún así reunió fuerzas suficientes para arrancarle un colmillo a la serpiente, junto con Gloin que se llevo el otro, pero quemándose ambos en el proceso, pues el monstruo seguía ardiendo.
Daralhar guardó veneno de serpiente, y Aelud trató de hacer memoria pero no recordaba que planta curaba el veneno de esta especie, es más, no logro reconocer la especie. El grupo decidió volver a Hommlet a toda prisa, pues Erick se había puesto mucho peor, entrando en coma por la enorme toxicidad del veneno. Mandaron a Awaie por delante a buscar ayuda al templo, puesto que el hada era mucho más veloz volando que el resto.

El hada Aprendiz llegó a Hommlet rápidamente. Ya había caído la noche, pero reconocío sin problemas las antorchas siempre ardientes de la puerta del templo de St. Cuthbert. Entró pidiendo ayuda, y el bello hermano Calmert salió de la sacristía, dirigiendose al hada con su habitual amabilidad pero parsimonia. Awaie le explicó que un amigo suyo estaba en apuros, había sido envenenado por una gran serpiente e iba a morir... el hada estaba muy desesperada, y le pidió por favor una poción o algo que lo curase. Calmert le ofreció entonces una poción que relentizaba los efectos del veneno, pero Awaie quería algo más potente. Calmert fué a buscar a la sacristía, y vino con una poción similar pero bastante mas fuerte, preparada por el Fraile Terjon; el hermano Calmert se puso a explicar sus virtudes y la donación necesaria para cubrir los gastos de, pero antes de que pudiese termianr Awaie directamente le lanzó su bolsa, y le dijo que se quedase con todo, que su amigo corría mucho peligro. Calmert examinó la bolsa, y vió que no era suficiente... pidió una donación de unas cuatrocientas monedas de oro, pero Awaie no poseía tal cantidad. El hada estaba al borde de la histeria, sin saber que hacer, y unas voces en su cabeza empezaron a tentarle para que le robase la poción al fraile de las manos... al final, presa del pánico, se lanzó manoteando intentando robarle el frasco al clérigo, pero este se zafó, y asustado echó a correr a la sacristía pidiendo ayuda. Awaie huyó rápidamente, muy apenado, con las manos vacías...

(pulsar para ver bien el cutre-dibujo xD)

Cuando el hada volvía por el camino, se encontro a Conomen y a Dother, y les dijo que se apresurasen, que Erick estaba en peligro. Alcanzaron la carreta donde yacía Erick, escoltada por los demás Errantes, pero al ir a comprobar el estado del Veterano, se dieron cuenta de que éste ya había pasado a mejor vida. La compañía decidió volver a Hommlet, y darle allí santa sepultura a tan valiente miembro del grupo que dió su vida en primera linea de combate...

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