El extraño fantasma lanzó sus gélidos ataques sobre Gürnyr, que le devolvía las estocadas con la Lengua de Llamas, un arma formidable contra No Muertos, pero el fantasma no cejaba en su empeño. En un momento dado pareció alejarse, pero sólo fue un rebuscado efecto óptico: el bicho se encogía ligeramente para sensación de lejanía, pero seguía estando frente a ellos, así que leña al mono. Duncan apoyaba a Gürnyr curándole desde la retaguardia mientras éste mantenía el tipo como siempre. Daralhar contribuyó con un par de nubes de puños aporreantes, y al fin se libraron del maligno ser. Para su decepción, el pasillo del fantasma giraba y acababa en un recodo sin salida donde los Errantes no consiguieron encontrar ninguna puerta secreta, pese a los empeños de Daralhar, al que sólo le faltó liarse a cabezazos contra la pared.
Viendo que todo allí es supermaligno, deciden volver al nivel 2 (¿donde las cosas son un poco menos malignas? Ejem...). Llegaron al antiguo salón de banquetes y cogieron una salida hacia el Oeste, donde encontraron una puerta cerrada que Traspié les abrió amablemente. Un poco más adelante había un telón negro. Al verlo, Assiul decide entrar a saco, y Gürnyr para no ser menos entra tras él, arrancando el telón. Tras la cortina había guardias esperando y se lía otra batalla. Un semiorco con pinta de subnormal gritó “voy a avisar a Gruk”, mientras Duncan paralizó con un Rigor Mortis al jefe de aquel grupo. Mientras esto ocurría, Daralhar seguía decidiendo qué hechizo lanzar, y a Larry con su pesada alabarda parecía costarle reaccionar. Al fin, Daralhar, al ver por dónde se había ido el guardia acusica para avisar a Gruk, colocó una grasa, y en cuanto un enorme orco, que debía ser el tal Gruk, entró en escena cayó panza arriba, junto con el subnormal que le avisó, momento que aprovechó Traspié para inmovilizarlos con la red mágica. En aquel momento la batalla se transformó en masacre. Mientras Gürnyr, Assiul y Larry cercenaban miembros, entró otro lugarteniente en escena, y al ver el percal dio media vuelta y se piró. Daralhar, Traspié y Duncan salieron de allí por otra puerta a toda prisa con la idea de tender una emboscada al tipo aquel, pero erraron al estimar el lugar por donde pasaría (por algo son Los Errantes).
Mientras el mago, el clérigo y el ladrón no estaban presentes, los guerreros no tuvieron demasiada piedad con los enemigos. El subnormal y otro más lograron conservar la vida rindiéndose (quizá no era tan subnormal después de todo), y Larry se entretuvo en cortarle un brazo a Gruk al ver que éste sacaba una daga e intentaba cortar la red mágica. La daga tenía aspecto de mágica también.
Cuando Duncan, Daralhar y Traspié volvieron, ataron a los prisioneros y registraron el lugar de huída de los que escaparon, pero lo único que encontraron fue una trampa, justo a tiempo para desactivarla. Tras ellos hubo un interrogatorio en el que lo único que sacaron en claro fue que Gruk no soltaría ninguna información útil, mientras su primo el subnormal se había cagado encima. Bastante patético todo. Ya que Gruk prefería morir, le cedieron amablemente una daga para que lo hicieran, y el orco se suicidó sin pensárselo. Tras ello, todos miraron al humano y al semiorco subnormal, que no paraba de deir "tengo cacaaaa".
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